DAVID TRUEBA HABLA A PROPÓSITO DE EL HOMBRE BUENO

 -¿Cómo surge la idea de El hombre bueno?

Todo parte de una experiencia real, donde a un amigo le tocó ejercer el papel de hombre bueno en la separación de unos conocidos comunes. Me contó todo el proceso y los problemas internos y me pareció un argumento maravilloso para una película. Por entonces, yo tenía listos para rodar los episodios 9,10 y 11 de continuación de la serie ¿Que fue de Jorge Sanz?, pero en Movistar no dieron la luz verde y tuve que posponer el rodaje, que espero retomar pronto. Así que de una manera natural el guion sobre ese relato de mi amigo que hizo de hombre bueno se conformó a partir de las ganas de trabajar con Jorge Sanz en un papel distinto al que ha hecho conmigo en la serie, algo que le devuelva a un registro que posee y que en las últimas décadas no ha podido desarrollar. Una vez que tuve el guion listo, se fueron sumando el resto de actores y decidimos rodarlos como una de esas películas de hierro que hago fuera de la industria, como Madrid 1987, Casi 40 o A este lado del mundo.

 -¿De qué habla la película?

De los cambios en el modo de vivir y las costumbres que han sacudido la idea de pareja que tuvieron nuestros abuelos, así que somos gente sin referentes que avanzamos dando tumbos. Descubrimos a cada paso que el compromiso vital está reñido con una cultura utilitarista, de falsa plenitud, y no sabemos muy bien cómo vivir la vida. Las separaciones son fantásticas historias porque ahí se dan cita las emociones más contradictorias. Es un conflicto humano permanente. Creo que los sentimientos siempre serán un motor para las historias, porque enfrentan la realidad con el ideal.

 -¿Por qué Jorge Sanz, Vito Sanz y Macarena Sanz y esa coincidencia de sus apellidos?

Fue un accidente, me di cuenta cuando ya los había llamado a los tres para la película. Pero me hizo gracia, la verdad. Son tan buenas personas que parecen familia, así que yo los llamaba los primos durante el rodaje. Jorge es uno de nuestros grandes iconos, me apetece soñar con que volverá a protagonizar muchas películas gracias a su mirada sin igual. Va a tener en menos de una década un resurgimiento como actor que será parecido al que vivieron Juan Luis Galiardo, Pepe Sancho o Sancho Gracia, porque tiene la misma fuerza interior que los tres nombrados anteriormente. Vito Sanz es alguien con una autenticidad increíble, parece fácil generar sus dudas y sus contradicciones en el personaje, pero él lo hace sin miedo a caer mal o meter la pata, es una interpretación de un realismo muy agradecible, no va salvando su personaje, sino representándolo con la ingravidez que tienen muchos hombres. Y Macarena Sanz es una potentísima actriz, muy segura, con muchos registros. Va a ser un nombre que va a pegar fuertísimo en nuestro cine y nuestro teatro, estoy seguro. Ellos dos interpretan una pareja que no es modélica, que no son ni los más inteligentes ni los más guapos, que son personas con contradicciones y miserias, que quieren querer pero no alcanzan a ser el ideal con el que un día soñaron. Y luego está Aia Pérez, una actriz de diez años que fue todo placidez y encanto en el rodaje.

 -Jorge Sanz ha interpretado papeles de galán y mujeriego, ¿qué le ha llevado a colocarle en las antípodas de lo que se espera de él como actor?

Precisamente eso, esa contradicción contra el arquetipo. En Hollywood lo llaman un antitype cast y es lo opuesto al type cast, a llamar al mismo actor para hacer siempre de lo mismo. No es algo forzado, sino natural. Esta película es un canto de amor a él, es un tipo formidable con una trayectoria durísima. Lo pasamos tan bien haciendo ¿Qué fue de Jorge Sanz? y la serie tuvo tanto éxito y se ha imitado después tanto que nos hace felices. Mi compromiso es hacer un episodio nuevo cada cinco años y voy a intentar mantenerlo porque eso hará de la serie algo único. Además, quiero decir algo a la gente del cine, siempre tan presurosa en sumarse a causas ajenas a su sector. Estoy en contra de una industria que trata a la gente como productos de usar y tirar y por mis amigos actores y técnicos pienso seguir luchando porque se lo merecen.

 -¿Cómo ha sido rodar en Mallorca, un lugar que invita a la contemplación y la reflexión? ¿Considera a la isla un personaje más de la película?

Es una isla maravillosa, sus colores son cambiantes, el mar y el cielo son el mejor decorado del mundo. Las ciudades ofrecen posibilidades no explotadas de calles de atmósfera de la mejor Italia. Su costa y su montaña son decorados únicos. Tenemos la suerte de contar con un país increíble y es una pena que concentremos las películas solo en las grandes ciudades. Soy un enamorado de Mallorca desde hace muchos años, ya terminaba allí una de mis novelas más leídas, Blitz.

-¿Qué destino comercial le espera a una película como El hombre bueno?

No lo sé bien. No hemos buscado distribución en salas, porque para hacerlo tienes que contar con un presupuesto de promoción que no tenemos. Así que la idea es dejar que la película se proyecte allá donde sea solicitada, con pases en cine que acerquen a los espectadores más interesados. Y luego, algunas películas tienen larga vida en las plataformas. En mi caso, estas películas más pequeñas y sin ayudas se pueden ver en alquiler en nuestra página web, davidtrueba.com, a través de la pasarela de pago de Vimeo. Es muy sencillo, práctico, y tienes siempre disponible la película para cualquier espectador, porque en las plataformas van y vienen durante unos meses pero apenas hay permanencia.

 -¿Cuales son sus futuros proyectos?

Estoy en plenos ensayos de mi primera obra de teatro como autor y director. Se titula Los guapos y se estrena el 24 de abril en el teatro María Guerrero de Madrid. Los protagonistas son Anna Alarcón y Vito Sanz que ya hicieron conmigo una película en Melilla, A este lado del mundo, en la que nos entendimos a la perfección.