Loa desenfrenada a David

Siento escribir esta confesión a amigos, conocidos y saludados: no conozco a ningún ser humano, al margen de Quim Monzó, con sus capacidades intelectuales, empáticas y folklóricas en perfecto estado de revista que reúna tantas virtudes en un solo cerebro como ese tal David Trueba. En el resto de sociedad admirada siempre hay alguna impureza. No he visto nada igual en mi puñetera vida: cómo es, cómo habla, cómo piensa, cómo expresa, cómo narra, cómo escucha, cómo ríe y cómo siente. Estoy hasta las narices de no ser David Trueba. 

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